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Este cuento es un regalo de mini Angie para todos los niños/as del mundo y mayores con niño interior. 
POESÍA LA MANZANA DE LA MADUREZ Y LA INMADUREZ (con moraleja) (Gracias a Copilot)

Manzana de la madurez y la inmadurez.
En un huerto mágico, bajo el sol dorado, dos manzanas crecían lado a lado. Una roja y madura, la otra verde y tierna, sus destinos entrelazados, su historia eterna.
La manzana roja, con piel suave y brillante, era la niña madura, llena de encanto vibrante. Sus pensamientos como hojas doradas al viento, sabiduría en su pulpa, un corazón sincero y lento.
La manzana verde, con risueños ojos verdes, era el niño inmaduro, saltando entre las hierbas. Sus sueños como ramas jóvenes, ansiosos por crecer, curiosidad en su pulpa, un corazón que quería aprender.
Ambas compartían raíces, nutriéndose del mismo suelo; sus risas se mezclaban con el canto del ruiseñor en vuelo. La niña madura cuidaba al niño con ternura, y él, en su inocencia, la miraba con admiración pura.
Pero un día, la manzana roja notó una mancha, un pequeño rincón oscuro en su piel, una grieta extraña. La inmadurez del niño había dejado su huella, y la manzana roja sintió una mezcla de tristeza y querella.
“No debemos apartar lo que está dañado”, susurró el viento, “La madurez no es perfección, sino compasión en movimiento.” Así que la manzana roja, con amor y paciencia, limpió la mancha, sanando la herida con diligencia.
El niño, observando, aprendió una lección profunda: que la madurez no es juzgar, sino cuidar con ternura. Y la manzana verde, con ojos brillantes y sinceros, se convirtió en un niño más sabio, lleno de sueños verdaderos.
Así, en ese huerto mágico, la manzana de la madurez y la inmadurez, nos enseña que todos llevamos manchas, pero también belleza. No apartemos lo que está dañado, sino que limpiemos con amor, y en la compasión, encontraremos la verdadera madurez, mi dulce fruto de sabor.
Con cariño. Angie del Mundo Mágico 🍎🌟
